Venezuela posee gran variedad de yacimientos minerales, distribuidos con mayor profusión en el Escudo de Guayana, al sureste del país. En esta área se localizan importantes depósitos de hierro, bauxita, oro, diamantes, caolín, barita y manganeso. En el área norte de Venezuela se sitúan importantes yacimientos de carbón, níquel, zinc, cobre, plata, plomo, arenas silíceas y cromo. Especies minerales como titanio, platino, plomo, wolframio, dolomita, fluorita, mica, estaño, cobalto, talco, grafito, mármol, mercurio, magnesita, vanadio, cianita, bismuto, bentonita, asbesto, niobio y tierras raras están siendo explotadas, aunque sin cuantificación, como prospectos mineros. Actualmente, más de 30 minerales y otras sustancias relacionadas son objeto de explotación con fines económicos a nivel nacional.
El hierro constituye el mineral metálico de mayor
importancia en nuestro país. Los Capuchinos catalanes, quienes llegaron a
nuestro país en 1724, explotaron el mineral en la Guayana venezolana. Testimonio
de esto lo constituye las ruinas de la hacienda Santa Rosa de Nuevo Mundo,
situada a 23 Km. al suroeste de Ciudad Bolívar, las minas de Capapuy o minas
frailescas, en las cercanías de Upata y los vestigios de la existencia de la
Forja Catalana, cerca de las minas de Nuevo Mundo. Fuera del contexto colonial,
el primer hecho relativo a la industria del mineral del hierro lo constituyó el
otorgamiento del Ejecutivo Federal de una concesión en 1883, situado en el
antiguo Territorio Federal Delta Amacuro. Sin embargo, su explotación en forma
racional en gran escala se inició en el año de 1950 en las minas del Pao y en
1954 en Cerro Bolívar. Ambos yacimientos fueron explotados por concesionarios
transnacionales hasta 1974 cuando ocurrió la nacionalización de esta industria
por parte del gobierno venezolano.
que aparecen resumidas en el siguiente gráfico:
Oro:
Los primeros depósitos de Oro de Venezuela se asocian con
una mineralización hipotermal tipo Au-Fe-W que afectó gran parte de la región
central del Escudo de Guayana, principalmente el Grupo Pastora y en él a la
Formación El Callao. Como consecuencia de la gran extensión de esta zona
metalogénica, depósitos secundarios de Oro en aluviones y eluviones son
abundantes a todo lo largo de las regiones oriental y central del Escudo de
Guayana. De las regiones mineralizadas con Oro primario, la zona de El Callao
ocupa un lugar preponderante. Esta región ha sido centro de producción aurífera
desde la época de la Colonia en el siglo XVIII. En el cuadrilátero aurífero de
El Callao, han sido explotadas más de 230 vetas de cuarzo, pirita aurífera y
Oro nativo.
Por su parte, los depósitos de níquel se asocian con rocas
ultrabásicas serpentinizadas de la Cordillera de la Costa. Todos los depósitos
y manifestaciones estudiadas son del tipo laterítico. Hasta el momento, en nuestro
país no se han ubicado depósitos primarios de níquel asociados con sulfuros de
origen magmático. Las rocas ultrabásicas en el norte de Venezuela forman dos
fajas definidas a lo largo de la Cordillera de la Costa y Serranía del
Interior. La faja norte se extiende desde Margarita pasando por el norte de
Caracas hacia el oeste, al norte de las montañas de Puerto Cabello-Santa María
(Estado Yaracuy); la segunda faja se extiende desde la península de
Araya-Paria, en dirección, en dirección oeste pasando por la cuenca de Santa
Lucía, Charallave, Loma de Hierro, Villa de Cura, San Juan de los Morros,
Tinaquillo y Cabimba. Fuera de esta dos fajas, se encuentran peridotitas
serpentinizadas en la Península de Paraguaná (Cerro Santa Ana), a lo largo delRecursos Minerales de Venezuela frente montañoso de la Serranía del Interior y al norte del valle río Yaracuy.
Las grandes masas de Loma de Hierro y Tinaquillo son las únicas intrusiones que
han sido estudiadas sistemáticamente para determinar reservas y tenor de las
menas de níquel.
Los depósitos de Bauxita y lateritas alumínicas en Venezuela
están todos asociados con niveles de laterización de rocas graníticas y de
carácter básico del Estado Bolívar, especialmente gabros y diabasas. A partir
de la Segunda Guerra Mundial, se inició la búsqueda de Bauxita, tanto por parte
del Gobierno Nacional, como por compañías privadas. En mayo de 1951, se
descubrió el primer yacimiento de Bauxita de relativa importancia: el cerro El
Chorro, localizado en Guayana, lo cual dio motivo para declarar los cinco
Distritos más orientales del Estado Bolívar como Zona de Reserva Nacional para
las menas bauxíticas. La bauxita constituye la mena del aluminio, metal de
imprescindible valor en la industria metalúrgica.
La laterita es
el suelo propio de las regiones cálidas, caracterizado por la escasez en sílice
y elevada cantidad de hierro, alúmina, níquel otros minerales. Las costras
lateríticas se deben a la meteorización de la capa superficial del suelo, es
decir, a la acción in situ de los agentes meteorológicos lluvia, insolación,
viento, acción de los seres vivos u otros.
la palabra laterita, proviene del latín “later” , que significa ladrillo; designa a la
laterita, ya que esta puede fácilmente ser cortada en forma de ladrillo, para
ser usado en la construcción. La palabra se ha usado para definir horizontes de
suelo variable cementados y ricos en sesquióxidos. También se ha utilizado para
denominar cualquier suelo rojizo en o cerca de la superficie terrestre. Otros
términos que pueden emplearse para referirse a este tipo de suelos es ferricreto que se refiere a las capas
endurecidas superiores de los perfiles lateríticos para evitar confusión con el
concepto original que refiere a un regolito blando. Regolito es el término
general usado para designar la capa de materiales no consolidados, alterados,
como fragmentos de roca, granos minerales y todos los otros depósitos
superficiales, que descansa sobre roca sólida inalterada. Alcanza su máximo
desarrollo en los trópicos húmedos, donde se encuentran profundidades de varios
centenares de metros de roca alterada. Su límite inferior es el frente de
meteorización.
También se
define como regolito la capa continua de material fragmentario, incoherente,
producida por impactos meteorititos, que forma normalmente los depósitos
superficiales en planetas, satélites y asteroides donde la atmósfera es delgada
o ausente; el ejemplo clásico es el regolito lunar, con varios metros de
espesor, con componentes que varían desde bloques de tamaño métrico hasta polvo
microscópico y partículas de vidrio.
Se calcula que
las lateritas cubren aproximadamente un tercio de la superficie terrestre
continental. Los suelos lateríticos son los subsuelos de las selvas ecuatoriales,
de las sabanas de las regiones tropicales húmedas, y de las estepas del Sahel.
El Sahel o
Sáhel (pronunciado con "h" gutural, normalmente "Sajel", de
modo similar a "Sájara" para Sahara) es la zona ecoclimática y
biogeográfica de transición entre el desierto del Sáhara en el norte y la
sabana sudanesa en el sur. Se extiende a través del norte del continente
africano entre el Océano Atlántico y el Mar Rojo. El término en árabe
significa, literalmente, "borde, costa", describiendo la aparición de
la vegetación del Sahel como una línea costera que delimita el mar de arena del
Sáhara.
El Sahel cubre total o parcialmente el
territorio (yendo de oeste a este) Senegal, Chad, Mauritania, Malí, Níger la
parte norte de Nigeria, Camerún, Gambia, Burkina Faso. Está delimitado en el
norte por el Sáhara y en el sur por la menos árida sabana.
El Sahel cubre una distancia de 5.400 km
desde el Océano Atlántico en el oeste hasta el Mar Rojo en el este, a través de
un cinturón que varía entre varios cientos y mil kilómetros de ancho, cubriendo
un área de 3.053.200 km². Es una ecorregión de transición de tierras de pasto
semi áridas, sabanas, estepas y zonas de matorral espinoso que se encuentra
entre la boscosa sabana sudanesa hacia el sur y el desierto del Sáhara en el
norte.
La topografía del Sahel es principalmente
llana, y la región se encuentra principalmente en un rango de entre 200 y 400
metros de altitud. Existen multitud de mesetas aisladas y zonas montañosas, si
bien suelen designarse como ecorregiones separadas dado que su flora y fauna
son distintas de las tierras bajas circundantes. Las precipitaciones anuales
varían entre 200 mm en el norte del Sahel hasta alrededor de 600 mm en el sur.
A través de la historia de África, la
región ha acogido algunos de los reinos más avanzados, quienes se beneficiaron
del comercio que recorría el desierto. Colectivamente, estos estados fueron
conocidos como reinos sahelianos.
El Sahel se encuentra cubierto
principalmente por tierras de pasto y sabanas, con áreas boscosas y de
matorral. La hierba y el pasto se distribuyen uniformemente a través de la
zona, dominada por especies de pasto anuales como Cenchrus biflorus,
Schoenefeldia gracilis y Aristida stipoides. En cuanto a los árboles, las
especies dominantes son diferentes tipos de acacia, siendo la Acacia tortilis
la más común junto a la Acacia senegal y la Acacia laeta. Otras especies de
árbol incluyen Commiphora africana, Balanites aegyptiaca, Faidherbia albida y
Boscia senegalensis. En la parte norte del Sahel, diferentes tipos de matorral
de desierto, como el Panicum turgidum y la Aristida sieberana, se alternan con
las tierras de pasto y la sabana. Durante la larga estación seca, muchos
árboles pierden sus hojas, y los pastos mueren.
El Sahel fue en el pasado hogar de multitud
de poblaciones de mamíferos de pastoreo, incluyendo el Oryx dammah, la Nanger
dama (gacela dama), Gazella dorcas (gacela dorcas) y la Eudorcas rufifrons
(gacela de frente roja), así como el bubalo (Alcelaphus busephalus buselaphus),
junto con grandes predadores como el Lycaon pictus, el guepardo (Acinonyx
jubatus) y el león. Las especies más grandes han visto su número enormemente
reducido por la caza excesiva y la lucha por el alimento, y varias especies son
ahora vulnerables (la gacela dorcas y la gacela rufifrons), amenazadas (la
gacela dama, el Lycaon pictus, el guepardo, el león), o extintas (el oryx
dammah está posiblemente extinto en estado silvestre y el bubalo se ha
extinguido).
Las zonas húmedas estacionales del Sahel
dan cobijo a aves migratorias que se desplazan en el continente africano y en
los corredores aéreos de aves africano europeos.
El clima del Sahel es tórrido y se
caracteriza por la escasez de lluvias y dos estaciones marcadas: una larga,
seca e invernal, y otra lluviosa, entre julio y septiembre, corta y estival.
Destaca su abundante fauna, aunque dispersa por la acción antrópica, con la
presencia de grandes ungulados, bóvidos y felinos.
El límite norte del Sahel, siguiendo la
isoyeta media de 150 mm de lluvia, en el período 1931-60, que cruza el
continente africano de este a oeste, se encuentra entre 50 y 100 km más al
norte que la misma isoyeta en el período 1968-97. Ciudades importantes en esta
franja que ha quedado más seca: Nuakchot, en Mauritania; Agadez, en Níger;
Jartum, en Sudán. Lo mismo se puede decir del límite sur del Sahel, también ha
avanzado hacia el sur, pero con una distancia un poco menor, en media.
Sin embargo desde 1982, las lluvias han
aumentado, y en algunos lugares también la vegetación.
En 1915 tuvo lugar una importante sequía en
el Sahel, causada por precipitaciones anuales muy por debajo de la media anual,
la cual provocó una hambruna a gran escala. Durante los años sesenta se
produjeron importantes incrementos en las precipitaciones en la región, lo que
hizo las zonas del norte de la región más accesible. Se produjo un empujón,
apoyado por los gobiernos, para que la gente se desplazara hacia el norte.
Cuando comenzó el largo período de sequías entre los años 1968 y 1974, el
pastoreo pronto se volvió insostenible, y el terreno quedó pronto denudado.
Como durante la sequía de 1914, esto condujo a una hambruna a gran escala, pero
en esta ocasión se vio de alguna manera aliviada por la llegada de ayuda
externa.
Entre junio y agosto de 2010, la hambruna
volvió a golpear el Sahel. Las cosechas en Níger no lograron madurar durante la
época seca, teniendo lugar la hambruna. En Chad, la temperatura alcanzó los
47,6 º C el 22 de junio en Faya-Largeau, rompiendo un récord fijado en 1961 en
la misma localidad. Níger alcanzó su máxima temperatura en 1998, también un 22
de junio, llegando a 47.1 °C en Bilma.
La sobre agricultura, el sobre pastoreo y
la sobrepoblación de tierras marginales, así como la erosión del suelo, han
provocado una profunda desertificación de la región.
Además, con una frecuencia significativa
ocurren importantes tormentas de arena. Durante noviembre de 2004, una serie de
tormentas de arena golpearon Chad, originando la Depresión de Bodélé. Se trata
de un área donde ocurren con frecuencia tormentas de arena, con una media de
100 días al año.
El 25 de agosto de 2008, importantes
tormentas de arena asolaron las planicies de Somalia y el noreste de la
afectada por la sequía Kenia. El 23 de marzo de 2010, una gran tormenta de
arena golpeó Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Bissau, Guinea y las zonas
interiores de Sierra Leona. Otro golpe subsiguiente golpeó Argelia, el interior
de Mauritania, Malí y el norte de Costa de Marfil.
Retomando el
tema de las lateritas, estas cubren la mayor parte de las tierras situadas
entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, áreas en estas latitudes que no
están cubiertas de laterita incluyen la parte occidental de América del Sur, la
porción sudoeste de África, las regiones desérticas del norte y centro de
África, la península arábiga y el interior de Australia.
Algunas de las
rocas ultramáficas más antiguas y altamente deformadas que han sufrido
laterización se encuentran en los complejos escudos precámbricos de Brasil y
Australia. Pequeñas y altamente deformadas formaciones intrusivas de tipo
Alpino han pasado a formar perfiles de laterita en Guatemala, Colombia, Europa
Central, la India y Birmania. Fragmentos de arcos de islas en grandes
cabalgamiento del Mesozoico-Terciario (251 a 65 millones de años de edad) y
zonas de colisión en general han sufrido laterización en Nueva Caledonia, Cuba,
Indonesia y las islas Filipinas. Las lateritas reflejan antiguas condiciones
atmosféricas, de manera que las lateritas que se encuentran hoy en día en las
regiones fuera de la zona intertropical son producto de las antiguas épocas
geológicas, cuando esa zona estaba cerca del ecuador. Hoy en día la laterita
que yace fuera de los trópicos húmedos son considerados como indicadores del
cambio climático, de la deriva continental o una combinación de ambos.
Las cubiertas
de laterita son gruesas en las zonas estables del Escudo de Etiopía occidental,
en cratones de América del Sur, y en el Escudo Australiano. En las mesetas de
la India central la laterita alcanza un espesor de 30 m. Las lateritas pueden
ser blandas y fáciles de romper en trozos más pequeños, o firmes y resistentes.
Las rocas de basamento en zonas de lateritas están enterradas bajo la gruesa
capa de material degradado y rara vez se hallan expuestas en la superficie. Los
suelos lateríticos constituyen normalmente la parte más alta de una cubierta de
laterita.
La
meteorización tropical (laterización) es un prolongado proceso de meteorización
química donde los suelos y regolitos resultantes varían en grosor, química y
mineralogía.6 Los productos iniciales de la meteorización son rocas
esencialmente caolinitizadas llamadas saprolitas. Un período de laterización se
extendió desde aproximadamente mediados del período Terciario a mediados del
Cuaternario (35 a 1,5 millones de años atrás). Análisis estadísticos muestran
que la transición en los niveles medios y la varianza de 18O durante la mitad
del Pleistoceno fue abrupta. Este cambio brusco fue global y representa
principalmente a un aumento de la masa de hielo coincidiendo casi al mismo
tiempo con una disminución brusca de las temperaturas superficiales de los
océanos. Estos dos cambios indican un enfriamiento global repentino. La tasa de
laterización habría disminuido con el enfriamiento brusco de la tierra. La
meteorización en los climas tropicales continúa hasta nuestros días una tasa
reducida.
Las lateritas
se forman a partir de la lixiviación de rocas madres que pueden ser
sedimentarias, metamórficas; ígneas o proto-menas. Dicha lixiviación va dejando
en el residuo los iones más insolubles que son predominantemente el hierro y
aluminio. El mecanismo de lixiviación sigue los siguientes pasos: 1) ácidos
disuelven la estructura cristalina de un mineral determinado del material
padre, 2) esto es seguido por la hidrólisis y precipitación de óxidos
insolubles y sulfatos de hierro, aluminio y sílice. Todo esto bajo en condiciones
de alta temperatura de un clima monzónico subtropical húmedo. Una
característica esencial para la formación de laterita es la repetición de las
estaciones húmedas y secas. Las rocas son lixiviados por el agua de lluvia que
se filtra durante la temporada de lluvias; la solución resultante que contiene
los iones lixiviados es llevada a la superficie por la acción capilar durante
la estación seca. Estos iones forman sales que se secan en la superficie. Dichas
sales son lavadas durante la próxima temporada de lluvias. La formación de
laterita se ve favorecida en zonas de relieve atenuado como suaves crestas y
mesetas que evitan la erosión de material superficial. Durante la formación de
lateritas existe una zona de reacción en donde las rocas están en contacto con
agua que abarca el nivel más bajo al más alto en el que fluctúa el nivel
freático. Esta zona de reacción se agota progresivamente de los iones
fácilmente lixiviados de sodio, potasio, calcio y magnesio. Una solución con
estos iones puede tener el pH adecuado para disolver preferentemente
óxido de silicio en lugar de los óxidos de aluminio y óxidos de hierro.
Las composiciones mineralógicas y
químicas de las lateritas dependen de las rocas padres. Las lateritas consisten
principalmente de cuarzo, circón, y óxidos de titanio, hierro, estaño, aluminio
y manganeso, que van permaneciendo durante el curso de la meteorización. El
cuarzo es el mineral más residual más abundante de las rocas padres. La
composición de la laterita varia significativamente en función de su ubicación,
el clima y la profundidad. Los minerales principales que albergan níquel y
cobalto pueden ser tanto óxidos de hierro, minerales de la arcilla u óxidos de
manganeso. Los óxidos de hierro derivan de rocas ígneas máficas y otras rocas
ricas en hierro; bauxitas derivan de roca ígnea granítica y otras rocas pobre
en hierro. Las lateritas de níquel se producen en zonas de la tierra donde
rocas ultramáficas (que contienen minerales ferromagnésicos como olivino,
piroxeno y anfíbol) han experimentado meteorización bajo clima tropical por
tiempos prolongados.
Concentraciones importantes de manganeso se ubican en el
Escudo de Guayana, y todas se asocian genéticamente con procesos de
laterización sufridos por rocas magnesíferas originales. Hasta el momento se
han detectado tres tipos de manifestaciones de manganeso en el Escudo
Precámbrico. Este mineral reviste gran importancia al emplearse como aleación
con el hierro en la fabricación del acero.
Estudios geológicos realizados a lo largo de la Cordillera
de la Costa, la Sierra de Perijá y del Sistema Andino han demostrado numerosas
manifestaciones de cobre, especialmente sulfuros, la mayoría de los depósitos
son de pequeña magnitud y constituyen grandes yacimientos como los que existen
en Chile, Perú, México o los Estados Unidos de América. El conocimiento de la
existencia de cobre en Venezuela, se remonta a la época de la Colonia, cuando
fueron explotados yacimientos de cobre en Los Teques, Villa de Cura, Chacao,
las famosas minas de Cocorote, así como también las minas de Aroa, las cuales
se descubrieron en el año 1605. Estas últimas se comenzaron a explotar en 1632
en forma muy irregular, debido a los numerosas disputas que se plantearon
alrededor de su propiedad, hasta que esta se vinculó a la familia Bolívar y
posteriormente al propio Libertador Simón Bolívar y sus hermanas. Respecto a
las primeras, es poco lo que se conoce sobre las actividades que tuvieron
durante la Colonia.
Venezuela cuenta con importantes depósitos fosfáticos del
Cretáceo y del Terciario Superior, los cuales se encuentran bajo minería con
miras a producir materia prima para la industria de los fertilizantes y
petroquímica. Se han ubicado depósitos comerciales de fosfatos en Falcón, Zulia
y Táchira, y algunas manifestaciones en Lara, Mérida y Trujillo. Muy
posiblemente, en vista de sus características litológicas, la extensa Formación
Querecual del Oriente del país puede poseer secuencias fosfáticas.
Con respecto al talco, uno de sus principales yacimientos se
encuentra a 15 Km. de Yaritagua, Edo. Yaracuy (Cabimba y Agua Fría); el talco
de estas localidades es esteatita, y aparentemente constituye parte de un
yacimiento complejo que se extiende hacia el Estado Cojedes. Existen evidencias
de talco en los Estados: Aragua, Nueva Esparta, Lara, Bolívar, Táchira y
Carabobo.
La bentonita, mineral esencial en los lodos de perforación,
es además empleada en la industria de la construcción, elaboración de
cerámicas, elaboración de refractarios, materias plásticas y colorantes,
celulosa, papelería, arenas de fundición y la siderúrgica, en la preparación de
jabones y el área de perfumería. En la agricultura se utiliza para preparar
fungicidas e insecticidas, también en los productos farmacéuticos y así
muchísimos empleos diversos. En Tinaquillo, Estado Cojedes, se ha encontrado
una extensa zona con material bentonítico, depósitos que están asociados con
alteraciones de rocas básicas de los complejos de Tinaquillo y están formados
por una mezcla de bentonita y otros productos de alteración.
Aún cuando muchos de los drenajes activos de los grandes
ríos del Estado Bolívar, especialmente ubicados en la región central y
oriental, presentan arenas negras con alto contenido de Titanio principalmente
en la forma de ilmenita (hierro titanado: FeTiO3), hasta el momento el único
depósito de titanio en Venezuela que se ha delimitado, investigado y evaluado, se
asocia con rocas anortosíticas del Complejo de San Quintín, Estado Yaracuy,
ubicado a más de 25 Km. al noreste de San Felipe.
Aunque Venezuela cuenta con importantes fajas de evaporitas,
no se han localizado depósitos de roca sal en nuestro país sin embargo, toda la
explotación es consecuencia de excelentes salinas ubicadas en la región
oriental: Estado Anzoátegui (Boca de Uchire, Píritu y Hoces), Estado Sucre
(Salina del Rey, Garrapata y Araya) y Estado Nueva Esparta (Pampatar y Coche);
y en la región occidental: Estado Zulia (Sinamaica, Salina Rica, Ancón de
Iturre y Oribor) y en el Estado Falcón (Las Cumaraguas, Bajarigua, Mitare,
Cujisal, La Enramada, El Palo, Tiguadare, Guaranao, El Pico, Yacuque, Sauca,
San Juan de los Cayos, Cayo Sal y Golfete de Coro).
En Venezuela, el plomo y el zinc se suelen presentar
asociados tanto en depósitos hidrotermales como en depósitos vulcanogénicos. En
otras condiciones, tal como sucede en Lara, Sucre, Zulia y parte del Estado
Mérida, el plomo se presenta exclusivamente solo, asociado con minerales de
manganeso, bario o con una intensa carbonatización. El yacimiento más
importante se encuentra en la localidad de las Tapias, 10 Km. al sur de la
población de Bailadores (Estado Mérida), y 140 Km. al sur de la orilla meridional
del Lago de Maracaibo. La mineralización de Bailadore es una veta controlada
por una falla geológica de tensión que corta la Formación Mucuchachí del
Paleozoico inferior.
Venezuela posee importantes cuerpos pegmatíticos en los
estados Cojedes, Barinas, Táchira, Mérida y Trujillo, pero la producción
comercial de feldespato asociado con pegmatitas, se realiza sólo en los estados
Cojedes y Barinas.
Los carbones presentes en Venezuela son jóvenes y de débil
coquificación, pero pueden usarse con éxito en la industria siderúrgica,
mezclados con carbones importados de mayor calidad, y se encuentran ubicados en
las siguientes zonas carboníferas: Cuenca Carbonífera del Estado Zulia, Faja
Carbonífera de Guárico Nororiental, Zona Carbonífera de Aragua Meridional,
Cuenca Carbonífera de Naricual en Anzoátegui, Zonas Carboníferas del Estado
Táchira (área de Lobatera y zona de Rubio), Región Carbonífera de Santo
Domingo, Zonas Carboníferas del Estado Falcón. Las reservas de éste
corresponden a un volumen de 6.800 millones de toneladas métricas.
Las arcillas en nuestro país se encuentran en el Estado Lara
(principalmente arcillas blancas), y arcillas caoliníticas en el Estado Mérida
en la zona de Santa María del Caparo. Las mayores reservas conocidas de
arcillas blancas y de alfarería se encuentra en la región septentrional del
país. Los depósitos de arcillas blancas ubicados en el Estado Lara, zonas de El
Papagallo, El Tanque, Curiga, El Retén, Copeyal, Quíbor, Guárico, Laguna
Barbacoas y Anzoátegui, tiene reservas superiores a los 8 millones de
toneladas, estos depósitos son típicamente sedimentarios y se prestan para una
extensa minería a cielo abierto, de ellos se explotan los de Quíbor, Curigua,
Guárico y Barbacoas, para suministrar de materia prima a la industria de la
porcelana, cemento y cerámica. Las arcillas de alfarería se encuentran
especialmente en los estados Lara, Yaracuy, Aragua y Miranda, y los de la
Cuenca de Santa Lucía y de Guarenas-Guatire por sus grandes reservas, buena
calidad de la mena y cercanía de los centros de consumo, revisten gran
importancia para el desarrollo de las industrias de la construcción en esta
región del país.
Con la excepción del Escudo de Guayana, Venezuela posee
importantes depósitos de calizas ubicadas a lo largo de su geografía, los
cuales se asocian con las extensas cuencas que cubrieron a Venezuela desde el
Cretácico Medio hasta el Pleistoceno. Muchas de las secuencias estratigráficas
han sufrido un intenso metamorfismo como sucede en la Cordillera de la Costa,
transformando las calizas originales en mármoles. Otras secuencias, como las
ubicadas en Falcón, se presentan como extensas capas asociadas con depósitos
comerciales de fosfatos, dolomita y arcillas. Los depósitos venezolanos de
calizas sustentan importantísimas industrias tales como: construcción,
fertilizantes, alimentos para animales, marmolería, cal, siderurgia, pintura,
fibras sintéticas, caucho y papel, tanto en el centro como en las zonas
orientales y andinas, de hecho, Venezuela es uno de los países con mayor
producción y consumo de caliza. En la región Central, Distrito Federal, Estado
Miranda, Carabobo, desde Petare hasta Valencia, existen grandes yacimientos de
calizas cristalinas, pertenecientes a las Formaciones Antímano, Las Mercedes,
Las Brisas (Grupo Caracas), encontrándose en explotación en las zonas de
Baruta, El Encantado, Macaracuay, La Vega, Carayaca, Cagua, Bárbula, La
Victoria, Los Guayos, Valencia y Taguayguay, a fin de suministrar material a la
industria de la construcción. En el Estado Aragua existen depósitos de los
denominados Morros que van desde Villa de Cura hasta Ocumare del Tuy, siendo
los principales: Morros de San Juan, Morros de San Sebastián. Muchas de las
secuencias estratigráficas han sufrido un intenso metamorfismo como sucede en la
Cordillera de la Costa, transformando las calizas originales en mármoles. Otras
secuencias, como las ubicadas en Falcón, se presentan como extensas capas
asociadas con depósitos comerciales de fosfatos, dolomita y arcillas. Los
depósitos venezolanos de calizas sustentan importantísimas industrias tales
como: construcción, fertilizantes, alimentos para animales, marmolería, cal,
siderurgia, pintura, fibras sintéticas, caucho y papel, tanto en el centro como
en las zonas orientales y andinas, de hecho, Venezuela es uno de los países con
mayor producción y consumo de caliza. Los depósitos de calizas de nuestro país
se asocian con diferentes niveles estratigráficos, pero fue en el Cretáceo y el
Mioceno cuando la depositación se hizo intensa. Esto se evidencia con los
enormes depósitos comerciales asociados con el Grupo Cogollo en el occidente y
la Formación El Cantil en el oriente del país. Ambas formaciones tipifica al
cretáceo y quizás poseen las reserva más importante de Venezuela, tanto por su
extensión como por su calidad. Con relación al Mioceno, enormes depósitos de
calizas de óptima calidad afloran extensamente a lo largo de Falcón
septentrional y oriental, constituyendo la materia prima de varias fábricas de
la construcción. En la región Central, Distrito Federal, Estado Miranda,
Carabobo, desde Petare hasta Valencia, existen grandes yacimientos de calizas
cristalinas, pertenecientes a las Formaciones Antímano, Las Mercedes, Las
Brisas (Grupo Caracas), encontrándose en explotación en las zonas de Baruta, El
Encantado, Macaracuay, La Vega, Carayaca, Cagua, Bárbula, La Victoria, Los
Guayos, Valencia y Taguayguay, a fin de suministrar material a la industria de
la construcción. En el Estado Aragua existen depósitos de los denominados
Morros que van desde Villa de Cura hasta Ocumare del Tuy, siendo los
principales: Morros de San Juan, Morros de San Sebastián.
Venezuela posee importantes depósitos de arenas silíceas
asociados con formaciones sedimentarias que van en edad desde el Terciario muy
inferior hasta el Pleistoceno. La mayoría de estos depósitos, los cuáles
abundan en los Andes, Región Oriental y los estados Falcón, Lara, Guárico,
están bajo activa producción, nutriendo a importantes industrias del vidrio,
cerámica, sanitarios, detergentes, fundición, cemento y acerías del país. Los
principales depósitos de arenas silíceas, tanto por sus reservas como por su
edad, se ubican en Falcón nororiental, Lara suroccidental, Monagas central,
Trujillo y la región meridional del Estado Táchira. El Estado Guárico posee una
de las reservas potenciales de menas silíceas más importantes del país,
incluyendo las arenas cuarcíticas que se asocian con el Miembro Galeras de la
Formación Quebradón.
En Venezuela no se han localizado depósitos epitermales
vetiformes de estaño o depósitos diseminados de este mineral en centros
volcánicos, tales como los que abunda en Bolivia y en el norte de Argentina.
Las manifestaciones de Sn, Nb y Ta parecen constituir las clásicas
mineralizaciones asociadas con complejos graníticos y pegmatíticos. La zona
noreste del Territorio Federal Amazonas, hoy Estado Amazonas, y la región
suroccidental del Distrito Cedeño, hoy Municipio del Estado Bolívar,
constituyen una de las áreas metalogénicas de Sn, Nb, Ta, Ti y Fe más
interesantes del país.
Recursos Energéticos
Desde las primeras décadas del siglo XX, el petróleo ha
jugado un papel decisivo en los destinos de la nación. Este recurso ya conocido
y empleado por los indígenas precolombinos a partir de los rezumaderos o
"menes" se convertiría más tarde en el motor impulsador de la
economía de Venezuela y factor primordial de cambios. Actualmente las reservas
de petróleo alcanzan 76.800 millones de barriles.
La primera referencia sobre petróleo en tierras venezolanas
en la literatura universal se debe al cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en
1535, cuya voz latina lo denotaba para aquel entonces como stercus demonis.
Esta sustancia empleada por los aborígenes para calafatear embarcaciones se
destinaría más tarde en manos de los conquistadores para iluminación,
preparación de armas, y con fines medicinales. En la segunda mitad del siglo
XVII los menes fueron objeto de la ambición de bucaneros ingleses y franceses
en sus innumerables viajes por el Caribe contra el poderío de la Corona
Española.
La explotación más o menos sistemática de los menes comenzó
a partir de la segunda mitad del siglo XIX y se sistematizó luego entre los
años 1911 y 1916, concentrándose en las cercanías de estos rezumaderos. En la
región zuliana se perforaron con éxito los pozos exploratorios de campo nuevo
Bababui-1 y Zumaque-1, siendo Mene Grande el primer campo gigantesco
descubierto en Venezuela. La importancia del petróleo para Venezuela no sólo
reside en su principal fuente de ingresos fiscales sino además por ser el energético
de mayor uso como rubro de la dinámica interna del país. El consumo energético
se sustenta en un 58% de los derivados del petróleo concentrándose
principalmente en los sectores industrial y transporte. La actividad petrolera
genera el 80% de los ingresos fiscales y el 70% del ingreso nacional de
divisas. Con apenas el 0,7% del área terrestre, Venezuela posee el 5,8% de las
reservas probables de petróleo del mundo y el 2,5% de las de gas natural las
cuales alcanzan un volumen de 146,8 billones de pies cúbicos.
A lo largo de unos 700 kilómetros al norte del río Orinoco,
en la denominada Faja Petrolífera del Orinoco, Venezuela dispone de una inmensa
reserva de crudos pesados y extrapesados, la más grande conocida hasta el
presente. Con el objeto de aprovechar esta inmensa reserva la industria
petrolera venezolana ha puesto en práctica el método del Flujo Anular para el
transporte del crudo, el proceso HDH para su mejoramiento y refinación, así
como la Orimulsión®, un nuevo combustible para plantas de generación de
electricidad. Dada la abundancia de sus recursos en hidrocarburos, Venezuela
ocupa la sexta posición entre los productores mundiales de petróleo y la
séptima entre los exportadores. Sus principales mercados son Estados Unidos,
Centroamérica, el Caribe y Europa. Los ingresos petroleros en ochenta y dos
años de operaciones a gran escala son USD 383 millardos.
El 64% de la energía eléctrica es generada por caídas de
agua. El potencial hidroeléctrico asciende a 83.433 MW. La capacidad instalada
se corresponde a 57.850 gigavatios-hora con un consumo racional de 46.828
gigavatios-hora. A pesar de las altas inversiones que requiere la producción
hidroeléctrica, su desarrollo se ha visto como un importante proyecto nacional
y ha permitido, entre otras cosas, liberar un significativo volumen de
combustibles líquidos para la exportación. Con respecto al carbón, las reservas
demostradas superan los 15,7 x 103 petajoules. A pesar de esta considerable
cifra, el uso de este combustible fósil en el desarrollo interno del país es
más bien reducido. La producción carbonífera de unos 1,04 petajoules anuales
está dirigida especialmente a los mercados internacionales. El desarrollo de
las minas de carbón a cielo abierto localizadas en la parte occidental del país
permitirá elevar la producción a 6,25 petajoules anuales.
Guayana Esequiba
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Mapa de la Gran Colombia, observe la Guayana Esequiba formando parte de Venezuela |
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Mapa oficial de los Venezuela por L. Robelin de 1890, el cual muestra la reclamación histórica venezolana de la región como Territorio Yuruary y Territorio .. |
En la Guayana Esequiba, Territorio Esequibo, Territorio
en Reclamación, Zona en Litigio o Zona en Controversia, presenta una estructura geológica de gran
estabilidad tectónica, Fisiográficamente, la Guayana Esequiba está dividida en
cuatro regiones naturales:
Zona Costera: Tiene una longitud de aproximadamente
cuatrocientos treinta y cinco ( 435) kilómetros ., desde Punta Playa hasta la
desembocadura del río Esequibo, y en la República Cooperativa de Guyana
continúa hasta la desembocadura del río Corentyne, en la frontera con Surinam,
extendiéndose tierra adentro en distancias que varían entre 16 y 64 Km. Estas
tierras se encuentran bajo el nivel del mar durante las mareas altas, por lo
que ha sido necesaria la construcción de muros de contención y complicados
sistemas de drenaje en algunos sectores. El terreno, casi en su totalidad, está
compuesto por depósitos aluvionales.
Zona Intermedia: Hacia el sur de la región costera se
encuentra una zona que presenta ondulaciones del terreno que varían entre 30 y
120 m.s.n m. Esta zona se caracteriza por amplias fajas de arena blanca, en su
mayoría de origen marino. Con una variada estructura geológica.
Cordillera Pacaraima: Ocupa gran parte del territorio
Esequibo, la cual está cubierta en gran medida por vegetación selvática. En
esta zona se localiza la cadena montañosa de Pacaraima, la cual consiste
principalmente en una meseta de piedra arenosa. Se encuentra el monte más alto
de la Región, en un radio de 550 el Monte Roraima, con una altura de 2810 m.s
.n .m. esta área cuenta con los mayores recursos forestales, turísticos,
paisajísticos y minerales del Esequibo.
Zona de Sabanas y Montañas del Sur: está constituida por las
sabanas de Rupununi, al sur de la Guayana Esequiba en la Zona de Reclamación.
Las montañas Kanuku dividen el área en dos sabanas: al del Norte y las del Sur.
Las sabanas del Norte están formadas por una tierra cubierta de pastos en las
áreas húmedas aptas para la ganadería, y las Sabanas del Sur presentan colinas
y pequeñas montañas. Estas tierras están habitadas por amerindios que se
dedican a la agricultura y a la elaboración de hamacas y artículos de cuero.
Clima: La temperatura varía entre 24º ,4 y 30º ,3 C, aunque
en verano suele alcanzar hasta los 32º C. las lluvias son abundantes casi todo
el año, con un promedio de 2.300mm. Con dos estaciones de diciembre a junio
(invierno) y de junio a diciembre (verano)
Suelos: Están compuestos por depósitos aluvionales en la
región baja costera. En la parte de tierras altas predomina en la composición
de la roca, granito. Gneis, diorita y esquisto. La cadena montañosa de
Pacaraima consiste en una meseta de piedra arenosa. En la región de selvas
interiores se localizan suelos con posibilidades de desarrollo de cierta
actividad agrícola.
Hidrografía de la Guayana Esequiba:
1. Cuenca del Atlántico:
Desembocan directamente en el Atlántico las subcuentas de
los ríos Guainia o Wani, Pomeron o Pomerum a éste desembocan por su margen
derecha los ríos Patuau, Kumarau, Koirima, Arapiako, Abram y Kaibowri. Por su
margen izquierda los ríos Arunamai, Issororo, Atabu, Warapana, Lindo, Arawini y
Wakapau. En la subcuenta del río Moroco con los Manawarih, BaraBara, Koria,
Itabu, éste a su vez drena hacia el río Wakapau, afluente del Pomeron, en tanto
que el río BaraBara fluye hacia el Moroco y hacia el Baramani que desemboca en
el Guainia.
Entre el río Guainia y el río Barima se produce la
comunicación fluvial a través del Pasaje Mora, que permite la comunicación con
el Delta del Orinoco y el Esequibo ruta utilizada por los caribes, holandeses
traficantes de esclavos y contrabandistas entre los siglos XVII y XVIII)
2. Cuenca del Río Esequibo: Tiene una longitud de mil
(1.000) Km. Nace en las Montañas de Acarai ( Acaray) en la divisoria de aguas
entre el amazonas y el Esequibo y fluye en dirección norte, desembocando en el
Atlántico a través de un delta de veinticuatro (24) kilómetros de ancho. El
delta del río está conformado por una gran cantidad de islas, en cuya parte
circundante exterior se crean bancos de arena que se extienden de 24 a 32 km,
mar adentro.
El primer establecimiento europeo en el Esequibo fue fundado
por los españoles en la isla de Kikoveral. La Presencia española en el río
Esequibo es confirmada por el inglés Walter Raleigh en su obra "Voyages to
Guiana of the Discovery of the large, rich and Beautiful Empire of
Guiana", publicada en 1596 en Londres.
Incluso para 1560 los españoles ya habían remontado el río
Esequibo salvando la serie de rápidos o raudales pasando a la cuenca del río
Amazonas o divisoria de aguas de acuerdo al “Mapa de los ríos Amazonas, Esquivo
o Dulce y Orinoco y de las Comarcas Adyacentes”, denominado por el historiador
Pablo Ojer Mapa de los Aruacas,
Al río Esequibo fluyen otros cursos de agua de importancia
como lo son las subcuencas del Mazaruni (Cuyuni), Supenan (Ríos Wallaba,
Carani, Pacasaru, Yesicabra, Cairuni, Secanaan y Arahuria) Rupununi (Arawau,
Awariwau, Waipopo, Arakwai, Katiguau, Maparri, Kuratoca, Tumalau, Rewa,
Tawaiwau, Kunaruwau, Moruiwau, Mapuru, Quatata, Benoni, Mauri y Sikui. Potaro
Siparuni, Cuyuvini, Sipu)
3. Cuenca del Orinoco
Río Barima
Río Amacuro
4. Cuenca Amazónica
Ríos Takutú, Ireng, Pirara, Tebatinga, Moco-Moco, Kuma,
Burru, Ykuwali, Wakedwau, Skabunk, Tawawau, Dabarwau, Baiewau, Ruawau,
Kawariwau, Miriwau.
Recursos Minerales: Se localizan bauxita, manganeso, oro y
diamantes. Actualmente se están haciendo estudios de exploración para la
consecución de uranio, petróleo y gas natural.
A continuación rescatamos el siguiente trabajo:
EL ESEQUIBO ES
NUESTRO, VERDADERO DORADO
Autor: Dr. Alfredo
Palacios Marte
12-08-2015
Nuestros antepasados indígenas
engañaron a los ambiciosos conquistadores españoles con el mito de la
existencia de una región donde el oro abundaba hasta el punto que el rey de los
indios revestía todos los días su cuerpo con el polvo dorado. De allí surgió la
leyenda del Dorado. Por mucho que los invasores se afanaron en encontrar ese
maravilloso lugar nunca lograron su objetivo.
Ahora bien, si hacemos un
parangón con relación a las riquezas que hay en el Esequibo, podríamos afirmar que nuestro
verdadero Dorado es ese territorio que nos fue despojado por el imperio Británico
en el siglo XIX y que ahora la República Cooperativa de Guyana pretende
desconocer nuestros derechos sobre el mismo.
En cierta medida nuestras
aborígenes tenían razón: en Venezuela existe el Dorado, sólo que la riqueza va
más allá del oro. En los 159.500 kilómetros cuadrados de la Guayana Esequiba
hay una diversidad de recursos naturales y minerales que hoy forman parte de la
apetencia de los capitales transnacionales y de algunos funcionarios que en el
vecino país quisieran enriquecerse rápidamente favoreciendo esos intereses.
De acuerdo a la publicación La
Verdad sobre el Esequibo en dicho territorio hay minerales valiosos como oro,
diamantes, coltán, bauxita, manganeso, mica y uranio. Es un hecho las fuentes
energéticas de petróleo y gas. Hay abundante agua dulce y más de 8 millones de
hectáreas de bosques. Existe una biodiversidad importante de flora y fauna.
ORO
Antes de las dos guerras
mundiales este metal precioso era el que medía las fortalezas de las economías
de los países. Hoy en día sigue siendo una referencia de primer orden de las
reservas monetarias internacionales de las naciones y según los analistas es un
activo fiable. El Consejo Mundial del Oro afirma que Venezuela posee la mayor
reserva de América Latina con 361 toneladas (68% del total de sus reservas
monetarias) y ocupa el décimo sexto puesto en el mundo. El primer lugar lo
ocupa Estados Unidos (8.133 toneladas), Alemania (3.381 t.) el segundo lugar y
el Fondo Monetario Internacional el tercer lugar. La España que se llevó todo
el oro que quiso de nuestro continente ocupa el puesto veinte con 281
toneladas. El oro del Esequibo es una reserva que tendrá las futuras
generaciones para darle estabilidad a la economía nacional.
DIAMANTE
La conocida película
“Diamantes de Sangre” muestra la realidad del tráfico de estas piedras preciosas
en países africanos, donde se desencadenan conflictos bélicos, asesinatos,
conspiraciones y grupos de desplazados. Allí está metida la mano de los
capitales transnacionales que trafican con este costoso mineral.
Lamentablemente no hay claridad sobre la explotación de este recurso en
Venezuela por lo que no hay datos oficiales. Pero en todo caso es conocido que
este mineral abunda en el Esequibo y son muchos los intereses que quisieran
ponerle la mano.
COLTAN
El coltán es un mineral
compuesto por la colombita y la tantalita que se utiliza en la
microelectrónica, en las telecomunicaciones y en la industria espacial. Por
ejemplo sus aleaciones metálicas se utilizan en motores de aviones, en turbinas
estáticas para generar energías y en reactores nucleares. También es utilizado
en acero quirúrgico así como para recubrir prótesis humanas. Los expertos
estiman que dada su resistencia y sus singulares propiedades físico-químicas le
hacen privilegiado como futuro material de uso extraterrestre en la Estación
Espacial Internacional y futuras plataformas y bases espaciales. Tiene
igualmente un uso muy significativo en la eficiencia actual de los teléfonos
celulares inteligentes.
BAUXITA, MANGANESO Y MICA
La bauxita es un mineral
fundamental para la producción del aluminio. Como se sabe, nuestro país tiene
en Guayana una poderosa industria del aluminio que requiere de esa materia
prima para su elaboración, si bien es cierto que contamos con yacimientos
importantes de bauxita, pero siempre hay que pensar en el futuro.
El manganeso es otro mineral
que tiene múltiples usos. Por ejemplo, el traquetréo de los motores se reduce
mediante el uso de un compuesto de manganeso que se añade a la gasolina sin
plomo. Esto aumenta el octanaje del combustible. El manganeso se utiliza en las
baterías desechables estándar. También se requiere para producir acero y el
hierro. El manganeso es un componente esencial para la fabricación de acero
inoxidable de bajo costo. El manganeso es aleado con aluminio para producir un
metal que es más resistente a la corrosión. Es el caso que la mayoría de las
latas de aluminio para bebidas contienen entre 0,8% y 1,5% de manganeso. . En
algunas partes del mundo, el manganeso se utiliza para fabricar monedas.
Las particulares
características de elasticidad, flexibilidad y resistencia al calor de las
láminas de mica, al agua, hacen que constituyan un precioso material para la
industria debido a sus propiedades como aislantes eléctricos y térmicos. La
mica se utiliza en aplicaciones de alta responsabilidad como aislamiento de
máquinas de alta tensión y gran potencia, turbogeneradores, motores eléctricos,
y algunos tipos de condensadores.
URANIO
En varias oportunidades al
gobierno del presidente Hugo Chávez le montaron campañas informativas sucias,
mintiendo acerca de un supuesto tráfico de mineral de uranio radioactivo hacia
Irán, país al que se le acusaba de estar construyendo una bomba nuclear.
También se dijo que traficábamos coltán, mineral que igualmente se usa en la
industria termonuclear. Pues bien, a nadie escapa que el uranio es un mineral
estratégico que puede ser usado para la guerra o para la paz. Venezuela es un
país de paz y cuando tenga que hacer uso del uranio seguramente lo hará para
producir energía nuclear.
PETROLEO Y GAS
La riqueza más evidente que
hay en el Esequibo es el petróleo y el gas. Decimos esto porque la petrolera
Exxon Mobil y el gobierno guyanés lo han puesto de manifiesto al violar el
Acuerdo de Ginebra cuando han iniciado actividades exploratorias en ese territorio
sin el consentimiento de Venezuela.
Estas actividades se llevan a cabo basadas en estudios previos, incluso
satelitales. Además, todos los estudios indican que el petróleo seguirá siendo
durante mucho tiempo la principal fuente de energía a nivel planetario. Por lo
tanto, quien tiene reservas petroleras
tiene poder de negociación y tiene capacidad de financiamiento para su
desarrollo.
BIODIVERSIDAD, AGUA Y BOSQUES
Los ambientalistas consideran
la necesidad de proteger la
biodiversidad de la Cuenca del río Esequibo, la cual tiene una extensión
aproximada de 120.000 kilómetros con más de 20 ríos afluentes. En ese río
también está una de las caídas de agua más caudalosa del planeta, la Catarata
del Kaietem. Hay científicos y
estudiosos que consideran que el agua será motivo de conflictos en el siglo XXI
y que por ello es el bien precioso que determina la riqueza de las naciones.
Sin embargo, en el año 2000, ciento sesenta naciones reunidas en La Haya,
Holanda, acordaron definir el agua como una necesidad humana y no como un
derecho del hombre. Amparados en ese concepto las grandes corporaciones han
pasado a controlar el agua en gran parte del planeta. Se especula que en los
próximos años unas pocas empresas tendrán el control monopólico del 75% del agua
dulce del globo terráqueo.
“El agua brota como el mayor
conflicto geopolítico del siglo XXI ya que se espera que en el año 2025, la
demanda de este elemento tan necesario para la vida humana será un 56% superior
que el suministro… y quienes posean agua podrían ser blanco de un saqueo
forzado”, dice el experto Cristian Frers, en su trabajo La próxima guerra…la
guerra del agua.
Hay que indicar que esa zona
geográfica también es proclive a la construcción de plantas hidroeléctricas.
Por otra parte se ha calculado
que el Esequibo cuenta con 8 millones de hectáreas en bosques lo que significa
que allí podría existir una inmensa industria maderera. Esa reserva reúne más
de 1.000 especies diferentes de flora. Estos bosques y los humedales de la
Cuenca del rio son el hogar de una inmensa variedad de flora y animales,
incluyendo entre estos últimos el caimán negro ya en peligro de extinción y la
nutria gigante.
Esta descripción somera de las
riquezas del Esequibo tiene el propósito de resaltar la importancia de ese
territorio para el futuro de los venezolanos. Más allá de las consideraciones
históricas y legales que nos asisten de ser dueños de esa porción geográfica,
es necesario tomar conciencia de la relevancia que ello tiene para el
desarrollo económico y social de las actuales y las venideras generaciones de
venezolanos. La reconquista del Esequibo es un magnífico legado que dejaremos a
nuestros hijos, nietos y bisnietos. La Guayana Esequiba es nuestra.
CUENCAS Y SUBCUENCAS DE
LA GUAYANA ESEQUIBA
Sector I
Subcuenca de los Ríos
Barima y Amacuro.
El río Barima tiene sus
orígenes en las estribaciones de la Altiplanicie de Nuria, en el extremo
noroccidental de la Guayana Esequiba, desde su nacimiento hasta la
desembocadura en Boca Grande del Delta del Orinoco, desarrolla un cauce de 317
Km. su orientación es parecida a la del río Guaini. La mayor
inclinación del cauce
se produce en las áreas de Penillanura, aguas arriba de los Montes Eberard, en
la parte alta de la cuenca de este río, se presentan saltos como el Baramba,
Goring, Five Star, Harrison, Eclipse Fall, Monkey y Betsy entre otros.
Al río Barima, drenan
gran cantidad de ríos de pequeña longitud, los más importantes por la margen
derecha son: Kaliaku, Wana, Arakakaparu, Manikuru, Manari, Koriabo y otros de
menor importancia. Por la margen izquierda la red hidrográfica la integran los
ríos Arakita, Caituma Aruka, Labba, Makwaibaru, Waiama, Baraka y Huena. En los
montes Terminus y Everard los afluentes están más distantes y mantienen menor
longitud, por lo general son pequeños caños originados en la planicie costera.
El río Amacuro se
origina en las estribaciones septentrionales de la Sierra de Imataca, presenta
características fisiográficas muy parecidas a las del río Barima.
Desde su nacimiento
hasta la desembocadura en Boca Grande o de Navíos en el río Orinoco, en el
Estado Delta Amacuro, recorre una longitud de 146 Km. El río Amacuro entra en
la llanura por un fuerte recodo, en las cercanías del río Haiowa para mantener
su cauce en forma paralela el río Barima.
Entre los principales
afluentes por la margen derecha se tienen los ríos: Yarakita, Sawarikuru,
Tocamabo, Secamaca, Haiowa, Wassicuru y otros de menor importancia. Por la
margen izquierda confluyen los ríos: Polvo de Oro, Birote, Wano, Awara, Carapu
y otros de menor importancia.
Desde el punto de vista
de la comunicación fluvial, tanto el río Barima como el Amacuro tienen una gran
importancia, toda vez que permiten la utilización de embarcaciones de menor
calado entre el Estado Delta Amacuro y la Guayana Esequiba. Así mismo el acceso
directo al Océano Atlántico.
En términos generales,
el territorio Esequibo presenta un alto potencial desde el punto de vista
hidrológico, toda vez que, sus principales ríos desarrollan grandes caudales de
características naturales que podían contribuir al desarrollo de proyectos
hidroeléctricos.
SECTOR II
Subcuenca del Río
Guaini.
La cuenca del río
Guaini se expande al Oeste y toma una orientación Sur-sureste Nor-noroeste, lo
cual tiene relación con el relieve de la Penillanura del Norte y de la Planicie
Costera. El río Guaini tiene sus orígenes en los montes de Cauramenbu, desde
sus nacientes hasta la desembocadura en el Atlántico, desarrolla un cauce de
207 Km. Su afluente más importante es el río Barama , con un recorrido en
sentido Oeste-Este, desarrolla un cauce de 196 Km hasta la confluencia con el
Guaini, el río es navegable con gran facilidad. Entre los tributarios más
importantes del río Guaini, por su margen derecha se ubican los ríos: Arawapai,
Shararin, Turtle, Potowau, Urabubaru, Mariwar, Anapari, Cumaruwa, Barucabaru,
Baramani, Mokoboina, Luri y Cuberina. Otro afluente de gran importancia es el
río Baramani, que sirve como vía de comunicación con el río Moruca. Por la
margen izquierda del río Guaini drenan los ríos Imotai, Durabana, Turubang,
Pelibelimba, Arakata, Anaida, Kamanaballi y el Barama, siendo este último el
más importante, tanto por su extensión como por el área que drena.
El río Barama tiene sus
orígenes en las estribaciones de la Sierra de Imataca, en la Penillanura del
norte, numerosos ríos drenan sus aguas a este río, los cuales se caracterizan
por presentar a lo largo del cauce, saltos y raudales.
Numerosos ríos
confluyen a su cauce, entre los cuales se señalan, por la margen derecha los
ríos: Piar, Massowak, Masowaki, Mawukani, Ianna, Taradanesharu, Waiamu, Enamu,
Tenambo, Aoyacamu, Ariska, Savarikuru, Wanaparu, Waikerebi y otros. Por la
margen izquierda drenan los ríos: Baramita, Warapa, Mazawini, Takutu, Monesse,
Aranka, Manari, Parapimoi, Torobara, Ipotaikuru, Huri, Anaturi, Waiwa, Kurapana
y Arasika. Tanto el río Guaini como el Barama presentan raudales y saltos.
Subcuenca de los Ríos
Pomeron y Moroco.
Ambos ríos se ubican el
norte de las bocas del río Esequibo en el extremo occidental, forman parte de
las cuencas que drenan sus aguas al Atlántico. El río Pomeron tiene una
longitud de 127 Km, recorre en dirección Sursuroeste-Nornoreste hasta su
desembocadura en el Atlántico. Entre sus principales afluentes por la margen
derecha se señalan los ríos: Patuau, Kumarau, Koirima, Arapiako, Abram y
Kaibowri; por su margen izquierda principalmente los ríos: Arunamai, Issororo,
Atabu, Warapana, Lindo, Arawini y Wakapau. De estos tributarios, el Issororo,
el Arawini y el Arapiako son los más importantes en cuanto a su caudal y la
extensión que ocupan. El río Moroco se desarrolla por completo en la planicie
costera, dadas las condiciones de relieves planos, favorece la formación de
lagunas. Algunos tributarios de esta cuenca son los ríos: Manawarih, BaraBara,
Koria, Itabu, éste último drena hacia el río Wakapau, afluente del Pomeron, en
tanto que el río BaraBara fluye hacia el Moroco y hacia el Baramani que
desemboca en el Guaini. Es importante señalar que entre el río Guaini y el río
Barima se produce la comunicación fluvial a través del Pasaje Mora, lo que en
definitiva permite la comunicación con el Delta del Orinoco.
SECTOR III
Cuenca del río
Esequibo:
La Cuenca del Río
Esequibo representa el 72,2% del espacio del Territorio en Reclamación,
responde a una serie de factores geológicos, geomorfológicos y climáticos, lo
cual dadas las diferentes interrelaciones existentes entre sus elementos
generan un comportamiento muy particular en sus ríos, es así como la estructura
y la litología inciden en las características del lecho de los ríos,
orientación y longitud, donde se presentan desniveles y afloramientos rocosos
que junto con la pendiente permiten la formación de saltos y raudales. Esta
cuenca se prolonga hacia espacios del Estado Bolívar por la presencia de las
cabeceras de los ríos Cuyuní y Camaran.
El río Esequibo tiene
una orientación Sur-Norte, una de las particularidades de este río es que los
tributarios más importantes se encuentran en la margen izquierda. Entre los
cuales se mencionan los ríos: Supenán, Mazaruni, Potaro, Rupununi, Siparuni,
Cuyuvini, Casicaitiu, Camoa, Sipu y otros de menor categoría. A medida que el
río Esequibo va colectando las aguas en ese sentido, cerca de la población de
Apoteri (4° N) es de aproximadamente 1 Km. llegando a tener unos 5 Km. después
de la desembocadura del río Mazaruni.
Desde la Sierra Mapuera
donde se origina el río Esequibo hasta su desembocadura en el Océano Atlántico
tiene una longitud de 795 Km, desemboca a través de un estuario de
aproximadamente treinta y cinco (35) Km de ancho. El estuario del río está
conformado por una gran cantidad de islas, en cuya parte circundante exterior
se crean bajos y bancos de arena que se extienden de 24 a 32 km, mar adentro.
Subcuenca del Río
Supenan.
Se ubica en la costa
norte del Territorio Esequibo, extremo noreste frente al estuario del río
Esequibo; el río Supenan tiene sus orígenes sobre montes de la Penillanura del
Norte, entre sus tributarios más importantes por la margen izquierda se ubican:
Río Wallaba, Carani, Pacasaru, Yesicabra, Cairuni, Secanaan y Arahuria, los
cuales presentan mayor longitud y caudal. Respecto a los tributarios de la
margen derecha, se encuentran en esta última los ríos Unabaruca y Chal.
Subcuenca del Río
Mazaruni.
El río Mazaruni es uno
de los principales afluentes del río Esequibo tiene sus orígenes en las
montañas de Merume, región central del territorio Esequibo. Desde ese lugar
hasta la desembocadura en el río Esequibo, recorre una distancia de 524 Km. En
su recorrido, el cauce presenta saltos, raudales e islas a todo lo largo de su
caudal. El basamento geológico donde se origina el río, así como los aspectos
estructurales influyen para que el río cambie su orientación. Hacia el Sur
desde sus nacientes tienen una orientación sur-norte, luego hace un recodo y
gira finalmente en dirección oeste-este para desembocar en el río Esequibo.
Subcuenca del Río
Cuyuní.
El río Cuyuni,
principal tributario del río Mazaruni tiene sus orígenes en la Sierra de Lema,
al norte de la Gran Sabana, en el Estado Bolívar, desde allí hasta su
confluencia en el río Mazaruni recorre 618 Km de longitud, en el territorio
Esequibo recorre una longitud de 256 Km.
El río Cuyuní forma parte
de la subcuenca del río Mazaruni, mantiene el mismo comportamiento de los ríos
del Esequibo en cuanto a la presencia de saltos, raudales e islas. A pesar de
las dificultades que presenta para la navegación, confiere un alto potencial
como vía de comunicación, donde pueden ser utilizadas pequeñas embarcaciones y
de esta manera facilitar la comunicación entre el Esequibo y el Estado Bolívar.
Subcuenca del Río
Rupununi.
El río Rupununi tiene
sus orígenes en los montes de Carandanagua, entre los 2° y 4° de latitud Norte,
con una orientación Sur-Norte , inclinándose luego hacia el este para
desembocar en el río Esequibo. Su mayor desarrollo es en la región de Tacutu.
Tiene una longitud aproximada de 220 Km. Entre los principales tributarios por
la margen derecha se encuentran: Arawau, Awariwau, Waipopo, Arakwai, Katiguau,
Maparri, Kuratoca, Tumalau y Rewa; entre los principales tributarios por la
margen izquierda se mencionan: Tawaiwau, Kunaruwau, Moruiwau, Mapuru, Quatata,
Benoni, Mauri y Sikui.
Subcuenca del Río
Potaro.
El río Potaro tiene sus
nacientes en las estribaciones del Monte Ayanganna, en la región sur del
esequibo Tiene una orientación Este-Oeste, desde su origen hasta la
desembocadura en el río Esequibo, recorre 170 km. El principal afluente por la
margen izquierda es el río Curibron, el cual mantiene la misma orientación
este-oeste del río Potaro, debido a los aspectos de relieve y afloramientos de
la Formación Roraima presenta grandes saltos de agua, es en este río donde se
derivan las famosas Cataratas de Kaiteur de 254 metros de altura, una de las
más caudalosas del mundo. Los ríos que drenan a la cuenca del río Potaro aunque
tienen un corto recorrido, son caudalosos y torrentosos, por lo cual generan un
alto poder hidrodinámico, estos ríos presentando un gran número de saltos y
raudales.
Subcuenca del Río
Siparuni.
El río Siparuni se
ubica entre las subcuencas de los ríos Potaro y Rupununi, inicialmente tiene
una orientación sursuroeste, se origina en el Monte Enwara extremo oriental de
las montañas de Pakaraima. Por la margen derecha, el principal afluente es el
río Burro-Burro. Desde su nacimiento hasta su desembocadura en el río Esequibo,
recorre una longitud de 127 km. El Siparuni al igual que los ríos citados
anteriormente presenta considerables saltos, y raudales.
Subcuenca del Río
Cuyuvini.
El río Cuyuvini se
ubica en el extremo sur del Territorio Esequibo, se origina en los montes de
Vindaua, en los límites con Brasil. Desde su nacimiento hasta su desembocadura
en el río Esequibo recorre 185 Km, presentando saltos y raudales en su cauce.
Entre los principales afluentes se encuentran los ríos Marudi y Nati Subcuenca
del Río Casicaitiu. Tiene sus orígenes en la Sierra de Uossori, al extremo sur
de la zona en reclamación, en los límites con Brasil. Desde su nacimiento hasta
su desembocadura en el río Esequibo desarrolla un cauce de 130 Km de longitud,
y tiene una orientación en sentido Oeste-Este.
Subcuenca de los Ríos
Camoa y Sipu.
El río Camoa se origina
en la Sierra Uossori, extremo sur del Territorio Esequibo tiene una orientación
Oeste-Este, desde su nacimiento hasta su desembocadura forma un cauce de 69 Km.
El río Sipu tiene sus orígenes en la Sierra Mapuera, mantiene similar
comportamiento tanto en el cauce como en la orientación del río Camoa, su cauce
es de 57 Km de largo.
SECTOR IV
Este sector esta
conformado por gran cantidad de ríos que drenan sus aguas hacia el río Ireng y
el río Tacutu, los cuales corresponden a la cuenca del Amazonas en la frontera
con Brasil. Entre los principales ríos se señalan: Pirara, Tebatinga,
Moco-Moco, Kuma, Burru, Ykuwali, Wakedwau, Skabunk, Tawawau, Dabarwau, Baiewau,
Ruawau, Kawariwau, Miriwau. En términos generales, se resumen las principales
subcuencas que conforman el Territorio Esequibo
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