El tantalio o tántalo, descubierto
por el sueco Anders Gustaf Ekeberg en 1802, es un elemento químico de número
atómico 73, que se sitúa en el grupo 5 de la tabla periódica de los elementos.
Su símbolo es Ta. Se trata de un metal de transición raro, azul grisáceo, duro,
que presenta brillo metálico y resiste muy bien la corrosión. Se encuentra en
el mineral tantalita.
El tantalio es un metal gris,
brillante, pesado, dúctil, de alto punto de fusión, buen conductor de la
electricidad, del calor y muy duro. Es muy resistente al ataque por ácidos; se
disuelve empleando ácido fluorhídrico o mediante fusión alcalina. Es muy parecido
al niobio y se suele extraer del mineral tantalita, que en la naturaleza
aparece generalmente formando mezclas isomorfas con la columbita que se conocen
con el nombre de coltán.
Alcanza el máximo estado de
oxidación del grupo, +5.
Su nombre recuerda a Tántalo,
hijo de Júpiter y padre de Niobe. Sufrió un castigo mítico por entregarle la
ambrosía, la bebida de los dioses, a los
humanos. Júpiter lo condenó a la sed eterna y así, sumergido, cuando intentaba
beber las aguas se apartaban. Se relaciona este fenómeno con la capacidad del
metal a no ser atacado por los ácidos.
El tantalio, un metal refractario que resiste muy bien la corrosión siendo muy maleable e inerte prácticamente a todos los compuestos orgánicos e inorgánicos.
Por esta razón el tantalio es utilizado para fabricar condensadores electrolíticos, que gracias a este metal pueden ser mucho más pequeños y tienen valores de capacidad eléctrica más exactos respecto a los condensadores tradicionales. La carrera por la miniaturización de los smartphones -y otros muchos dispositivos electrónicos- ha llevado a seleccionar este metal, lo que ha desembocado en una gran demanda de coltán.
El tantalio, un metal refractario que resiste muy bien la corrosión siendo muy maleable e inerte prácticamente a todos los compuestos orgánicos e inorgánicos.
Por esta razón el tantalio es utilizado para fabricar condensadores electrolíticos, que gracias a este metal pueden ser mucho más pequeños y tienen valores de capacidad eléctrica más exactos respecto a los condensadores tradicionales. La carrera por la miniaturización de los smartphones -y otros muchos dispositivos electrónicos- ha llevado a seleccionar este metal, lo que ha desembocado en una gran demanda de coltán.
Tantalita |
La tantalita es un mineral para la obtención de tantalio. Se trata de un recurso estratégico, imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados. El tantalio obtenido a partir del coltan se usa principalmente en la elaboración de componentes electrónicos conocidos como Condensador electrolítico de Tantalio, un tipo bastante común de condensador presente en gran cantidad de dispositivos electrónicos, como en teléfonos móviles, ordenadores o proyectos de alta tecnología.
EL MITO DE NÍOBE
Una de las figuras más
trágicas de la mitología griega es la reina Níobe. Era hija de Tántalo, quien
había sido condenado en los Infiernos a sufrir eternamente de hambre y sed por
haber robado la comida de los dioses.
Níobe, hermana de Pélope, se
había casado con Anfión, un gran músico que había ayudado a construir las
murallas de Tebas atrayendo a las rocas con el sonido de su lira. Los dos
esposos llegaron a ser reyes de esta ciudad.
Níobe tenía un gran motivo de
orgullo. No era por su belleza, aunque era hermosa, ni por la habilidad de su
esposo, ni por su reino ni por sus posesiones. Había dado a Anfión siete hijos
y siete hijas, todos de gran belleza, y en ellos basaba toda su felicidad.
Habría podido vivir una larga vida de dicha, pero sus palabras de orgullo
trajeron la desgracia a su casa.
En una ocasión, cuando se
celebraban los ritos de adoración para Latona y sus dos hijos, los dioses Apolo
y Artemisa, la reina Níobe dijo a quienes la rodeaban:
-Qué tontería es el adorar a
seres que no pueden ser vistos, en lugar de rendir pleitesía a quienes están
frente a vuestros ojos. ¿Por qué adorar a Latona y no a mí? Mi padre fue
Tántalo, quien se sentó a la mesa de los dioses. Mi esposo construyó esta
ciudad y la gobierna. ¿Por qué preferir a Latona? Yo soy siete veces más
dichosa, con mis catorce hijos, mientras ella tiene solamente dos. Cancelen
esta ceremonia inútil.
El pueblo de Tebas la
obedeció, y los rituales quedaron incompletos. Pero Latona había escuchado las
palabras de Níobe, y su venganza no se hizo esperar. Llamó a sus hijos Apolo y
Artemisa, les repitió las palabras de Níobe y los envió a castigar el orgullo
de esa mujer.
Ocultos por las nubes los dos
dioses pusieron pie en las torres de Tebas. Frente a la ciudad se celebraban
juegos atléticos, en los que participaban los hijos varones de Níobe y Anfión.
Apolo tomó su arco y sus flechas, y uno a uno mató a los jóvenes. El menor de
ellos, el único que quedaba, gritó al cielo: -¡Perdonadme, oh dioses! -Apolo
quiso respetar su vida por su ruego, pero la flecha ya había abandonado su arco
y el muchacho cayó muerto.
Advertida por los gritos de la
gente, Níobe llegó al campo donde se encontraban los cuerpos de sus hijos. A su
alrededor estaban sus hijas, que compartían con ella su dolor. Pero una a una,
ellas también fueron cayendo sin vida, por los dardos lanzados por Artemisa.
Abrazando a la más pequeña,
mientras las demás yacían a su lado, Níobe gritó: -¡Dioses, dejadme al menos
una! -Pero fue inútil, pues pronto la niña se desplomaba con una flecha en su
pecho.
Al ver a sus hijos muertos,
Anfión se enfureció. Se dirigió al templo de Apolo e intentó prenderle fuego,
pero el dios lo abatió con sus flechas. Níobe tomó en sus brazos el cuerpo de
la más pequeña de sus hijas y huyó enloquecida a Asia Menor. Los restos de su
familia permanecieron insepultos durante nueve días, pues los dioses habían
transformado en piedra a los habitantes de Tebas. El décimo día, los propios
dioses les dieron sepultura.
Níobe vagó con el cadáver de
su hija hasta llegar al monte Sípilo. No pudo avanzar más, pues su dolor no le
permitía moverse. El viento no agitaba su cabello, sus ojos quedaron fijos en
el rostro de su hija, la sangre dejó de fluir dentro de ella. Se transformó en
una roca, pero sus ojos siguieron vertiendo lágrimas que dieron origen a un
manantial.
ANDERS GUSTAF
EKEBERG.
Es recordado principalmente
por su descubrimiento del elemento químico Tantalio.
Nació en Estocolmo, Suecia, 16
de enero de 1767. Se graduó de la Universidad de Uppsala en 1788 y después de
viajar en Europa comenzó a enseñar química en Uppsala en 1794. Fue de los
primeros conversos al sistema de Antoine Lavoisier y presentó esta nueva
química a Suecia.
Era parcialmente sordo de una
enfermedad de la infancia, pero la mayor pérdida de un ojo 1801 causada por una
explosión de botella no impiden su trabajo.
En 1802, mientras que el
análisis de los minerales de la cantera Ytterby, Suecia, aisló el metal nuevo.
El nombre supuestamente proviene de su incapacidad para disolver en ácido, con
aspecto de Tántalo en las aguas del infierno.
Fue un largo tiempo antes de
ser reconocido como un elemento separado, ya que era difícil de distinguir de
niobio, aislado por Charles Hatchett en 1801. En 1865, Jean Marignac demostró
de manera concluyente la distinción de los dos nuevos metales.
Fue maestro de Berzelius, a
quien ayudó en algunas investigaciones. Descubridor del tantalio.
Fue también poeta y pintor.
Falleció en Uppsala, Suecia,
el 11 de febrero de 1813.
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